¿Un Mayorga en el sótano?

El chico de la última fila

El chico de la última fila
29/03/2014

¿Cómo es posible que una obra como El chico de la última fila deje Sala Muntaner a menos de media entrada una noche de viernes?

Un joven -silencioso, tímido, discreto en apariencia- llama la atención de su profesor de literatura con una redacción. A partir de este sencillo planteamiento se despliega un increíble texto poliédrico que nos habla de la comodidad y de la incomodidad de la clase media española; de núcleos familiares confortablemente precipitados al aburrimiento y al fracaso; de núcleos familiares desintegrados que pueden suponer un trampolín para ir más allá y hacer algo de esta existencia. De personas humanas y de sus relaciones complejas donde, muchas veces, sin darnos cuenta, aquellos que nos rodean acaban siendo víctimas de nuestra necesidad de reproducir una y otra vez traumas pasados.

Un texto maravilloso de Juan Mayorga (uno de los mejores -sino el mejor- dramaturgos contemporáneos españoles), dirigido con agilidad por Víctor Velasco e interpretado con humildad y entrega por una compañía madrileña joven pero muy consciente de su propuesta.

Un espectáculo necesario para todos aquellos espectadores que quieran ver una obra interesante, sencilla en planteamiento pero intensa y compleja en su desarrollo, que presenta como mejor ingrediente la honestidad, fuerza y talento de todos y cada uno de sus intérpretes (dentro y fuera del escenario). No recomendada para espectadores no interesados en otra historia sobre conflictos juveniles, generacionales y humanos que sirve como muestra del mejor teatro que se hace en la capital española.

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