Juan Mayorga lleva al teatro su propio texto teatal El cartógrafo, una obra situada en la Varsovia actual y que representa la leyenda del cartógrafo y de su nieta del gueto. El texto teatral es esplendido, ya que utiliza como pretexto una leyenda para poner de manifiesto toda la problemática que hay acerca de los mapas y el poder de su representación. Este texto es llevado a la realidad gracias a la excelente actuación de los dos únicos actores: Blanca Portillo y José Luis García-Pérez. A las espaldas de este dueto se apoyan todos los personajes que aparecen en la obra y todas las representaciones son espectaculares.
Las grandes actuaciones de los actores no solo se basan en la potencialidad de la voz, sino que también lo hacen por la clara y específica gestualidad. La falta de atrezo hace que los actores tengan que representar-lo todo. La única cosa que utilizan es mobiliario rojo (sillas y mesas); el resto es todo gesto e imaginación. Este hecho hace que el espectador participe indirectamente en la obra, ya que tiene que imaginar lo que constantemente representan los actores con su gesto. Los cambios de personajes que llevan a cabo los actores en diversas ocasiones a lo largo de la obra, quedan sutilmente indicados por la iluminación, que es cálida y precisa.
Como conclusión, destacamos que es una obra muy recomendable por la historia que explica; las reflexiones que expone y que se pueden sacar a posteriori; y, sobre todo, por la espectacular actuación que hacen los actores a través de la voz y de su gesto.