Un relato cautivador

El amante de los caballos

El amante de los caballos
06/01/2020

Escenificar un texto literario siempre es un reto complicado. A veces, se traiciona el original quedándose en la superficie, en otras ocasiones, la propuesta se ahoga en la densidad. Afortunadamente, hay espectáculos que, sabiendo encontrar el equilibrio entre la vitalidad escénica y el espíritu de aquello que se explica, acaban por convertirse en pequeñas joyas teatrales. Este es el caso de El amante de los caballos, una obra basada en el relato de la escritora norteamericana Tess Galagher, que coge con las manos el corazón de la historia y lo ofrece al espectador con naturalidad y delicadeza. Llena de pequeños detalles inquietantes, muy interesantes, la interpretación de la actriz protagonista, Ana Scannapieco consigue, bajo la dirección de Lisandro Penelas, atrapar al público con un magnetismo sutil y muy difícil de definir. De manera casi mágica, este monólogo nos hace viajar a través de la memoria familiar transmitiendo el peso de su mensaje pero, en ningún momento, sentirlo como una carga. Se trata, así, de un minucioso y emotivo cuento para adultos que llega al alma de forma tan cariñosa y sutil como un susurro en el oído.

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