En un año en el que la programación de la cartelera barcelonesa se ha decantado por De Filippo (Le voci di dentro, El arte de la comedia), el Teatre Lliure ha querido homenajear al gran autor napolitano con compañías venidas expresamente desde el sur de Italia, con todo el sabor y toda la verdad que esto conlleva. Si hace unos meses fue Toni Servillo el invitado, ahora le toca el turno a la pequeña compañía que dirige Francesco Saponaro. Y no nos han traído sólo una obra, sino que por el mismo precio nos han representado dos piezas breves muy poco habituales, así como un pequeño monólogo de Pirandello. El resultado, una muestra impagable de humor negro y una demostración práctica de la cadencia y el ritmo que requiere este tipo de repertorio.
La primera de las piezas representadas, Dolore soto chiave, nos descubre toda una trama de engaños familiares y chantajes dolorosos que ponen en evidencia a los hermanos Capasso, dos personajes que convierten su mezquindad en una excusa que les permita seguir tapando aquello que no se atreven a afrontar. En la otra obra, Pericolosamente, el tono se oscurece todavía algo más, puesto que aquí tenemos a un marido que controla a su mujer a disparos. Este argumento, tan políticamente incorrecto, adquiere finalmente unas dimensiones épicas y vemos como puede extrapolarse a otras situaciones y momentos. Todo ello, muy bien dirigido por Saponaro y magistralmente interpretado por Tony Laudadio, Luciano Saltarelli y Giampetro Schiano. Una auténtica lección de sencillez y humor negro… o más muy dicho, negrísimo.