Divinas nació con la voluntad de crear un trío que imitara a las formaciones musicales femeninas de la época del swing. De ahí surgió Sing, sing, sing y más tarde Chocolat. El swing, sin embargo, se les quedó corto y en su tercer espectáculo, Enchanté, probaron con la canción francesa y alemana de entreguerras. Ahora siguen en un período similar, los años cuarenta, pero trasladadas a una compañía de variedades de la España de posguerra… Lo cierto es que se repite la fórmula del concierto dramatizado, pero podríamos decir que ahora la dramaturgia ha cogido más peso y las ha adentrado en una especie de tragicomedia con canciones que entretiene y que repasa el cancionero popular de la época. Tenemos cuplés, coplas, pasodobles, tangos, algún charleston… e incluso temas como Violetas imperiales o Rascayú.
Podemos asegurar, sobre todo viendo el bagaje de las tres cantantes y actrices, que el espectáculo está hecho con muy buen gusto y con unos recursos muy bien aprovechados. Sin embargo, siento decir que en ocasiones hacer las cosas demasiado pulidas puede terminar por desvirtuar el conjunto, sobre todo si nos metemos en géneros como el cuplé o la copla más popular a través de unos personajes muy castigados por las penurias… La historia que se va desgranando, y complicando, entre canción y canción tampoco ayuda a hacer demasiado creíble el conjunto. Por tanto, podemos decir que estamos ante un espectáculo muy bien ejecutado, y muy distraído, pero con un alma diferente a la que quizá le convenía.