Una tragedia disfrazada de comedia.

Distancia siete minutos

Distancia siete minutos
21/05/2015

Es la primera vez que vamos a ver un espectáculo de la compañía Titzina y tengo que reconocer que nos ha sorprendido muchísimo. Esta compañía está formada por Diego Lorca y Pako Merino que son los autores, directores y actores de sus propios espectáculos. Hasta ahora se les conocía tres obras teatrales: una en torno a la locura Folie a deux, la segunda el tema era la guerra Entrañas y Exitus basada en la muerte. Con Distancia siete minutos han cambiado de registro y van en busca de la felicidad.

Para poder hacer este espectáculo, en Diego y en Pako asistieron a conferencias dirigidas por Eduard Punset que trataban sobre el tema de la felicidad, luego buscaron la inspiración en los juzgados y en la cárcel; incluso colaboraron con el aula de teatro de la prisión Modelo, lugar donde se hizo el primer pase de la obra. El resultado de todo este trabajo de investigación se nota tanto en el texto como en las interpretaciones de los dos actores, que lo hacen de una manera natural, con humor y del todo creíble.

La escenografía,a pesar de ser sencilla y minimalista, está siempre en constante movimiento y transformación, y la iluminación es el complemento perfecto para la buena puesta en escena.

A partir de una serie de juicios se ha montado una tragedia disfrazada de comedia, donde el juez, que es quien dicta las sentencias de felicidad o infelicidad de los demás, no es capaz de solucionar sus propios conflictos que tiene pendientes con su padre debido a malentendidos y por la falta de comunicación entre ellos. Todo empieza cuando el juez tiene que abandonar su vivienda por culpa de una plaga de termitas y tiene que ir a casa de su padre temporalmente.

Realmente ha sido una gran tarde de teatro donde el público nos lo hemos pasado muy bien y al final hemos aplaudido con ganas.

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