Antes de La força oculta no había visto ningún espectáculo de Ivo van Hove, de manera que no puedo contextualizar este montaje en su obra global, pero como espectáculo encontré que tenía una gran virtud y un gran inconveniente: la virtud es que la puesta en escena era de las que dejan boquiabierto; el inconveniente, que la historia que explicaba era una auténtica frivolidad. Una historia colonial en que la única cosa que vemos es a colonizadores quejándose del calor, los bichos y de que los indígenas son unos supersticiosos irracionales no se puede vender como un choque de culturas. Una historia colonial que no da la versión de los colonizados quizás resultó muy rompedora a principios del siglo XX pero pienso que a estas alturas ha quedado superada.
Con todo, La força oculta tiene momentos espectaculares, de una gran belleza y fuerza escénica, y ver descargar monzones sobre el escenario de la Fabià Puigserver es algo que muchos no olvidaremos fácilmente.