Drama luminoso

Dansa d'agost

Dansa d’agost
02/04/2016

Fallecido el año pasado, el irlandés Brian Friel es uno de esos dramaturgos cuyas obra es menos conocida por el gran público de lo que se merecerían. Autor de Translations (1980) y la representada hace tres años en el Teatre Lliure Afterplay (2002), probablemente su discreta popularidad se deba a que su estilo recuerda mucho a otros escritores como Chéjov, Arthur Miller o Tennessee Williams que, por su grandeza, lo han eclipsado. Dansa d’agost es un drama luminoso, sencillo y naturalista que explica la historia de cinco hermanas, todas solteras, que luchan para superar la inestabilidad económica y emocional, tras el regreso de su hermano misionero que acaba de llegar de Uganda después de 25 años. Por el ambiente femenino bajo la opresión de la iglesia católica, puede recordar a La casa de Bernarda Alba de Lorca, a pesar de que, en este caso, el talante es mucho más optimista incluso con su triste trasfondo. El espectáculo ha sido dirigido por Ferran Utzet con un gusto excelente y una elegancia ejemplar. Además, el reparto destaca por su cohesión interpretativa y su química (especialmente entre las actrices) que hacen verosímil y bella el retrato costumbrista de familia que representan. Quizás se llevan un poco al límite algunos recursos estéticos (sobre todo la iluminación, las coreografías y la música) en busca de una imagen perfecta para grabar a las retinas del público. Sin embargo, la propuesta nunca se excede de su propósito, entretiene a pesar de su larga duración, conmueve y consigue un final verdaderamente redondo.

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