Con altas expectativas por los comentarios que he ido leyendo, fui a ver el último espectáculo de Dagoll Dagom, y en pocas palabras: las supera con creces.
L’Alegria que passa es un musical de los que hacía tiempo no se veían en la cartelera de Barcelona. De los que hace unos años disfrutábamos de mínimo un par al año y que ponen al talento catalán muy arriba, en cuanto a calidad, en los espectáculos de la industria del teatro musical de formato medio.
Con una ejecció técnica perfecta, el elenco, que tan pronto baila, canta que toca un instrumento, se desenvuelve con soltura y naturalidad entre las coreografías, marca de Ariadna Peya, que nos hacen adentrarnos en el pueblo gris y sentir su apatía, tristeza, miedos…. Pero tampoco dejan atrás las actuaciones, entre las que destaca la de una Àngels Gonyalons que está magnífica. Espero que este papel le regale algún que otro merecido premio. Mariona Castillo también brilla con luz propia, su voz es inconfundible y no deja indiferente y me ha encantado reencontrarme con su «yo» más de teatro musical, es garantía de calidad.
Además, el tema escogido por Dagoll Dagom para la que dicen, será su despedida, no puede ser más acertado: mezcla de una sociedad de rebaño gris que viven sin sueños ni anhelos, con un líder de tintes dictatoriales que no deja que nadie vuele… Bien, hasta que alguna persona despierta, y sin desvelar mucho, diré que salí con una sonrisa dibujada por los tintes feministas y sororos del musical. También, es un bonito homenaje a la fuerza que tienen las artes escénicas y lo necesario que es el teatro como despertador de consciencias.
Gracias a Dagoll Dagom y a todo el equipo. Ojalá vuestro legado haga que veamos muchos más montajes así en los próximos años.