Al menos a mí. Pero si, además, te encuentras con una puesta en escena tan maravillosa como la que propone Dugald Bruce-Lockhart en el Teatre Akadèmia, la felicidad es ya absoluta. Con una escenografía mínima pero una gran comprensión del movimiento escénico y un ambiente sonoro totalmente original y evocador, el director nos transporta al bosque en el que transcurre esta comedia que nos habla de amor pero también de poder y traición. Con personajes memorables e interpretaciones brillantes, Com us plagui es uno de esos Shakespeare amables, sin muertos ni duelos a espada pero lleno de sabiduría, humor, cinismo y también, claro está, de unas gotas de romanticismo.
No os la perdáis.