Dispersión de buenas ideas

Cloaca

Cloaca
30/08/2015

A medio camino entre la comedia y el drama generacional (un género, por otro lado, muy agradecido), Cloaca es una propuesta interesante de la dramaturga holandesa Maria Goos sobre la añoranza masculina de su juventud. La historia parte de Pieter, un funcionario público que colecciona pinturas descartadas por los museos que un día se encuentra que han adquirido un inesperado valor y tiene que devolverlas. Este conflicto le reunirá con tres de sus amigos para ayudarlo, cada cual aportando sus propios problemas: rupturas matrimoniales, desequilibrios psicológicos causados por las drogas, disfunciones sexuales, inseguridades artísticas, etcétera. Desgraciadamente, la cohesión entre todas estas tramas y subtramas resulta artificial y forzada. No hay una unidad auténtica entre todo aquello que se nos explica e, incluso, el argumento principal queda olvidado en varios momentos de la obra. Es cierto que algunos textos son muy sugerentes y la melancolía que respira todo el montaje está muy conseguida. Sin embargo, el conjunto es disperso y esto ensucia un poco su puñado de buenas ideas. Del grupo de actores, por momentos un poco pasados, destaca la interpretación de un Xavi Casan preciso, emotivo y absolutamente creíble. Hay que decir también que el espectáculo contiene un buen clímax que hace olvidar, en parte, los rodeos narrativos que nos hacen dar durante toda la representación.

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