Un regalo para Anna Azcona

Cleòpatra

Cleòpatra
09/05/2015

No hay ningún tipo de duda en que Iván Morales tiene un gusto especial para escribir y para tocar la fibra del espectador en determinados momentos. Algunos de los monólogos que se escuchan a Cleòpatra están entre lo mejor que hemos escuchado últimamente de manos de un autor catalán de la nueva hornada, pero no creo que el conjunto sea tan bueno como uno puede pensar mientras contempla el espectáculo. Pienso que esta vez es cierto que los árboles nos han tapado el bosque, puesto que la historia -al igual que el tono general de la pieza- va dando saltos adelante para acabar finalmente con una escena muy bonita, pero totalmente inverosímil y nada adecuada al argumento ni a los personajes con los que hemos sido compartiendo penas durante más de una hora y media… También pienso que la duración de la pieza no era necesaria, y que los juegos metateatrales que se utilizan no tienen demasiada justificación. Aún así, la pieza tiene muchos valores, como por ejemplo el retrato de determinados personajes de la Barcelona actual, la magnífica utilización de la luz en escena y, sobre todo, el trabajo actoral de los tres intérpretes. En este sentido, me alegro mucho del regalo que esta trilogía le está haciendo a Manel Sans pero también del regalo evidente que Morales le ha hecho a Anna Azcona, que destaca en el que debe de ser uno de los mejores papeles de su carrera. Creo que los dos, relegados a menudo a papeles secundarios o a producciones muy pequeñas, se lo merecen muchísimo.

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