Naturalismo de calle

Cargols

Cargols
16/03/2014

Que el arte imita a la vida es un concepto que esta claro (discusiones posmodernas a parte) desde los tiempos de Aristóteles. Ahora bien, replicar el mundo que nos rodea no implica trascender, ni ir más allá del solo hecho de reproducirlo. A menudo encontramos en obras de teatro (escritas o representadas) un falso naturalismo donde, supuestamente, se da una visión realista sobre un tema y unos personajes, pero ni la manera de hablar ni de comportarse nos parecen reales, ni se captan los pequeños detalles que son lo que, finalmente, marcan la diferencia. Cargols es el ejemplo de como un trabajo interpretativo puede llegar más allá de donde acaba la mirada de los que contemplan el mundo sin prestarle atención. Tanto Claudio Barni cómo Martí Verdú (también autores y directores del espectáculo) están extraordinariamente creíbles en sus respectivos papeles; se nota la tarea de investigación, observación y experimentación de calle que hay detrás de este proyecto. La historia nos explica la relación entre dos indigentes: el veterano, fracasado, trágico y psicológicamente malogrado, y el joven con problemas que apenas se encuentra en esta situación. Pero lo mejor de Cargols es su honestidad. La propuesta de Momos Teatro, divertida y dirigida al estilo clásico, nos enseña una realidad miserable pero no juzga, ni busca culpables, ni extrae conclusiones. Muestra, simplemente, una porción de realidad y deja que el público sea quién reflexione. El texto está perfectamente dialogado (con la mezcla de tres idiomas incluida, sin perder nada de verosimilitud) y su estructura, por instantes similar a Esperando a Godot, funciona muy bien. No obstante, el final, narrativamente muy correcto, se ejecuta de manera un poco imprecisa y, por lo tanto, no acaba de tener el impacto que necesita para acabar de ser una obra del todo redonda.

← Volver a Cargols

¡Enlace copiado!