La gran oferta de teatro y de musicales denota que la normalidad ha llegado por fin. La euforia de haber superado (casi) una pandemia, ver un teatro lleno y a los actores, actrices, bailarines/as, técnicos y maquinistas saludando desde el escenario ha sido muy emocionante.
Àngel Llàcer y Manu Guix buscan el camino fácil y seguro. En 2008 presentaron “Què, el musical”, un espectáculo de creación que obtuvo el Premio Butaca a la mejor composición musical para Manu Guix y la vieron 53.000 espectadores. Después del éxito de “La jaula de las locas” y “La tienda de los horrores” (ninguno de los dos es original), continúan apostando por un teatro musical comercial y en castellano supongo que pensando en la taquilla aunque según opinión de Daniel Martínez, presidente del Grup Focus:“el público va igualmente a los espectáculos ya sean en catalán o en castellano”. Por esto me sorprende todavía más esta apuesta, la escasa sensibilidad por la lengua y el poco valor en arriesgarse con nuevos proyectos conociendo la gran capacidad creadora que tienen los dos.
La película “Cantando bajo la lluvia” fue estrenada en 1952. Como musical se presentó en Londres, Broadway y Madrid. Con música de Nacio Herb Brown y Arthur Freed, está interpretada en directo por 8 músicos. Andreu Gallen es el director musical.
El guión es de Betty Comden y Adolph Green. Es una historia romántica típica cuya única curiosidad es la ambientación en los años 20 en el momento de la aparición del cine sonoro. La colocación de los micrófonos, el trabajo vocal, la inexperiencia de los actores y actrices o la sincronización del sonido crea escenas cómicas. Pero todo es una repetición, un calco de la película en todos los aspectos. Ninguna pequeña adaptación al momento actual, ni un pequeño cambio en las coreografías clásicas de la película, aunque Myriam Benedited haya conseguido la perfección técnica de las mismas.
La apuesta es además segura con la elección de los actores y actrices. Don Lockwood es Ivan Labanda, Kathy Selden es Diana Roig, Lina Lamont es Mireia Portas, Cosmo Brown es Ricky Mata. Son cuatro intérpretes en mayúsculas. Ivan Labanda es incombustible, no defrauda nunca, canta y baila apoyado en la solidez de la experiencia. Mireia Portas está increíble en su papel cómico y es capaz de despertar la más sonora carcajada entre el público con su presencia y su mantra: “no puiido asetarlo”. El resto de los actores principales y secundarios junto con el cuerpo de baile son magníficos.
Un gran musical de escasa actualidad en la cartelera barcelonesa de esta temporada.