Delicia a capela

Broadway a Cappella

Broadway a Cappella
30/12/2018

Es arriesgado llevar los grandes musicales de Broadway a las producciones catalanas, siempre lo ha estado. Especialmente porqué el público a quién se dirige la escena teatral americana, y también la londinense, comparado con la catalana difiera bastante en estilo y tradición. La propuesta de Broadway a capella es, pues, a priori, una apuesta arriesgada pero inteligente al mismo tiempo. Combina algunos de los musicales más conocidos de la historia, con espectáculos más actuales que han tenido mucho eco, también en nuestra casa. Así, encontramos que un medley de The greatest showman da la bienvenida al público –película que triunfó en la taquilla con Hugh Jacksman como protagonista-, para después atrapar al espectador con musicales inolvidables: Grease, Funny Girl, Jesucristo Superstar, The Wizard of Oz o Hairspray. Evidentemente, no podían faltar ni Wicked, Hamilton o Dear Evan Hansen –dos musicales que han reventado las taquillas y se han llevado todos los premios habidos y por haber-.

El repertorio, que en conjunto funciona muy bien, se hace muy corto. Añadir algún tema más o algún musical más (¿Por qué no un Memory de Cats o algún tema de Rent, por ejemplo?) hubiera acabado de redondear un espectáculo que consigue emocionar al público, al mismo tiempo que le excita para palmear y mover el cuerpo al ritmo del beat box. Especialmente emotivo es el momento en que los cantantes abducen al espectador con su interpretación de Jesucristo Superstar. Imposible apartar la vida de su interpretación, de la intensidad y la verdad que transmiten en cada nota. Sin duda, el gran momento de todo el repertorio.

Acertados los temas que se han elegido, ya que hacen las delicias de los espectadores más grandes y también atrapa a los más jóvenes con los temas actuales.

La puesta en escena es sobria y, de hecho, no necesita nada más. Las voces de los protagonistas, sus interpretaciones cargadas de emoción y pasión traspasan a cada uno de los espectadores sin tener que añadir ningún artificio.

Sin querer desvelar nada más del espectáculo, decir que es una producción para ir a disfrutar y dejarse llevar por cada nota que gorjean los cantantes, por cada sentimiento y vivencia a la cual te transportan los diferentes temas que se nos presentan. ¡Viva el a capela y los musicales!

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