Perdidos, rotos… todo a ritmo de blues

Blues

Blues
28/10/2018

Partimos del hecho que, si un texto ha sido elegido por la compañía La Brutal, quiere decir que sencillo y fácil no será. Nos proporcionarán una historia intensa, con diferentes matices, nada superficial y con un trasfondo reflexivo y de autocrítica de uno mismo y/o de la sociedad.

Blues no se queda atrás. Con un tiroteo como punto de partida, en el cual muere un inmigrante abatido por la policía, acusado de querer cometer un ataque terrorista, conocemos a una familia formada por personajes rotos, marcados a fuego por su pasado, su presente y su futuro incierto. Una adolescente que necesita saber sus orígenes en un mundo cada vez más racista. Una madre, con una posición de poder, que se refugia en el trabajo para llenar el vacío afectivo que le provocan algunos traumas de su infancia. Un abuelo, con una juventud plena, que lo vivió todo y que, por lo tanto, aprovecha su experiencia para dar lecciones a todo el mundo que se le pone por delante, hija y nieta incluidas.

Lo que empieza siendo una historia familiar, de traumas y malentendidos, con diferencias de carácter y voluntad escasa de soportarse los unos a los otros, acaba convirtiéndose en una muestra de personajes dañados por el desconocimiento, sus experiencias o la falta de seguridad en su vida. Son personajes que sobreviven, que tiran hacia delante sea como sea.

El texto es punzante y escudriña la personalidad de cada personaje al detalle, mostrando sus carencias y voluntades poco a poco, a medida que va avanzando la trama.

Una vez más, la parte audiovisual/musical es un gran acierto. Contextualiza y deja respirar las escenas, los momentos álgidos de cada enfrentamiento dialéctico.

Es necesario destacar la interpretación de Esmeralda Colette y Xiscu Masó, nieta y abuelo, que nos transportan a su realidad con cada palabra que intercambian. Gemma Brió (madre) y Eduard Buch (la pareja de la madre), quedan eclipsados por los otros personajes y, en algunos momentos, su interpretación se nota forzada y, a veces, sobreactuada.

Perdidos, rotos, desilusionados o traumatizados, los personajes de Blues exponen sus sentimientos, su realidad, en una época en que la sociedad está más perdida que nunca.

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