La ciudad de Barcelona bajo la amenaza de un ataque terrorista es la excusa de Sergi Pompermayer para hablarnos del miedo como motor en las relaciones humanas, de lo relativa y moldeable que es la moral y de la persecución del éxito por encima de todas las cosas.
No es casualidad que la Sala Beckett haya incluido esta obra en su ciclo “Terrors de la ciutat. Escenaris de conflicte i de por”, ya que el miedo es precisamente lo que mueve, o más bien paraliza, a estos personajes. Ya sea el miedo a un ataque terrorista, el miedo al fracaso o el miedo a ser sinceros y afrontar los problemas de frente.
Blues retrata una sociedad competitiva donde la idea de éxito y fracaso social condicionan las vidas de los personajes. Es el caso de la madre dispuesta a cualquier cosa por su carrera profesional o la hija que desea ser aceptada en este mundo. Finalmente, la obra parece hacer una pequeña oda a la belleza de la derrota, tomando como título Blues, una música creada por los que no tienen nada.
Los personajes están llenos de matices. Especialmente la madre y el abuelo, quienes no tienen dificultad alguna en saltarse la moral o más bien adaptarla a su medida, para lograr los objetivos que se han marcado. Las interpretaciones son en general excelentes.
Sin embargo, en muchos momentos para que la obra no acaba de arrancar. Cuesta que los conflictos estallen y cuando lo hacen no terminan de cumplir las expectativas que habían generado, quedándose demasiado en el drama familiar sin trascender al ámbito social. Una buena obra con mucho potencial pendiente de explotar.