Hay que valorar como positivo el riesgo que algunos autores deciden correr explorando temáticas originales y experimentando con nuevas estructuras narrativas. Hay que asumir, no obstante, que de este riesgo se puede también salir malparado. Blau es la peculiar historia de un rescate nocturno en helicóptero de un naufragio en alta mar. Tres personajes (el marinero, el piloto y una operadora que los coordina) son los protagonistas de esta aventura ultramarina escrita por Ferran Joanmiquel que acaba por convertirse en un particular viaje psicodélico. De esta manera, el espectáculo parte de una situación teatralmente atípica pero más o menos realista, para acabar en una abstracta retahíla de ideas con elementos de magia y ciencia ficción, atrevidos pero inconexas. Visualmente, el montaje está muy cuidado y resulta, incluso, hipnótico. Pero su mezcla entre textos poéticos, diálogos cotidianos, traumas familiares, abstracciones, juegos de luz, simbolismo y teatro físico muy rudimentario provocan (no queda claro si voluntariamente o no) una extraña comicidad que descoloca más que no fascina. La sensación que da es que Jordi Prat i Coll, el director, se toma demasiado en serio un texto que, por su idiosincrasia, necesitaría ser compensado con humor o definirse más claramente si quiere ser trascendente o irónico. A pesar de todo, sus actores defienden la obra con profesionalidad, aportando matices, en algunos momentos, interesantes. Sin embargo, en conjunto, la propuesta no tiene suficiente consistencia para sostener sus pretensiones que se diluyen, finalmente, en un desenlace indeterminado.
¡Enlace copiado!