“Se conocieron una noche de verano, de cine a la fresca …”, con esta premisa empieza Bed and Breakfast, una obra elaborada a partir de la música y las letras de Els Amics de les Arts. La historia reúne a seis amigos, tres chicos y tres chicas, con diversas relaciones entre ellos: de pareja, amistad, ex parejas y rollos de una noche. El denominador común es que los tres chicos viven juntos y, eso, hace colisionar todas las relaciones.
Una comedia de enredos en toda regla, que hace las delicias de los amantes de las canciones del grupo catalán. Funciona con la construcción de la trama alrededor de las canciones, pero falla en algún momento cuando hay una evolución un poco forzada e impostada, hecho simplemente para que encajen todos los temas elegidos.
La escenografía es una maravilla para aquellos que han vivido en un piso compartido y saben el batiburrillo que se forma con los objetos y las vivencias de tres personas en un mismo espacio. Cada objeto está elegido con precisión para decirnos algo de los personajes, aunque al final tampoco sirvan, en muchas ocasiones, para la trama.
De los personajes, destacar especialmente a Marta (Marta Borràs) y Jordi (Joan Olivé) por la implicación con la trama y también porqué son los intérpretes que más llegan al espectador. Junto con ellos, la pareja formada por Joan (Joan Sáez) y Sofía (Mireia Lorente-Picó) nos da momentos realmente sublimes, con enamoramiento y peleas. Sofía y Joan, especialmente ella, nos acaban de atrapar en el momento que se cantan No ho entens. Por un momento, se para todo y solo podemos quedarnos quietos para disfrutar de sus voces. Los personajes de Pere (Pol Fernàndez) y Patrícia (Aida Llop) son, quizás, los más flojos, aunque son parte central del argumento. Sus interpretaciones, aunque correctas, quedan por debajo del nivel del resto del reparto.
El texto va pasando ameno y distendido, a excepción del momento cena de cumpleaños, que allí se alarga demasiado la parte del diálogo para ser un musical. Este momento parte el ritmo y encalla la producción. El final, acaba de arreglar la obra con un cierre íntimo y sentido que deja que Borràs acabe de brillar con “luz” propia.
Divertida y entretenida, os aviso que saldréis cantando canciones que pensabais que no recordabais o que, incluso, no sabíais que teníais almacenadas en la cabeza. Disfrutadlo, de eso tratan los musicales.