Face-to-face

Be my baby

Be my baby
27/10/2018

Be my Baby es una canción que impregna los rincones más íntimos de nuestra memoria. Fue compuesta por Phil Spector, Jeff Barry y Ellie Greenwich, interpretada per The Ronettes y lanzada en 1963. En España fueron “los Surfs” los que hicieron la adaptación al francés y al castellano poco después de su salida en EEUU.
Era un grupo musical de Madagascar muy popular en el mundo francófono y de habla hispana de los años sesenta. El público habitual de esta obra seguramente no ha oído “Tú serás mi baby” a menos que descubran un single en la colección de vinilos de sus padres o abuelos.
Nicco&Sunset productions ya habían debutado con “Paradise”, montaje de Oriol Vila y Raquel Salvador con la idea de acercar a los jóvenes al teatro y lo consiguieron con gran éxito de público y reposición incluida. Puede que uno de los motivos de tal éxito fue la presencia de actores/actrices conocidos de la serie catalana Merlí. En todo caso, la idea de hacer un teatro con y para jóvenes era muy necesaria.
Como en Paradise, Be my Baby está dedicado a la juventud utilizando un lenguaje actual y desenfadado incorporando palabras en inglés que, nos guste o no, ya forman parte de nuestro vocabulario diario. Las representaciones únicamente se pueden ver el viernes por la tarde a una hora adecuada para adolescentes. Es una idea genial.
El autor y director, Oriol Vila ha sabido con este título y esta canción incorporar a diferentes públicos. Ha sabido también presentar con gracia e ironía temas tan antiguos como la amistad, la nostalgia, el reencuentro, la evolución de las vidas de los tres protagonistas de una manera tan actual y moderna que nos identificamos enseguida en algún momento, ya sea personalmente, ya sea a través de los hijos o de los nietos. Todos estamos representados de una u otra forma y, esto es hacer teatro: describir la realidad actual con su lenguaje desenfadado y, a veces, descarado. También encontramos en esta pequeña pieza la dificultad de tomar decisiones durante la adolescencia, las inseguridades, los miedos, las defensas.
Creo que las Impuxibles con su magnífico espectáculo Limbo dieron la salida a la visibilización de la transexualidad en el teatro desde el punto de vista íntimo. En Be my baby reconocimos el Bander o el Packer. También reconocimos la necesidad de explorar otras maneras de vivir la sexualidad. En esta obra, sin embargo, el transgénero se vive con total normalidad. La manera de transitar de Bárbara Mestanza por diferentes personajes es adorable. Su movimiento en escena y su versatilidad son maravillosos.
La actriz Mireia Oriol (Blanca) y Nil Cardoner (Pepe) hacen un magnífico trabajo tanto individual como grupalmente.
Los cambios en el tiempo son rápidos y los recursos escenográficos son utilizados ágilmente.
El público, mayoritariamente joven se reía mucho durante el espectáculo y al acabar, nos levantamos todos aplaudiendo con entusiasmo.

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