Desde sus colaboraciones con Joel Joan (Kràmpack, Excuses), pasando por sus obras en solitario (Fum, fum, fum) o las más recientes piezas escritas con Pep Antón Gómez (¡Mamaaá!, El eunuco), el actor y dramaturgo Jordi Sánchez ha ido puliendo un estilo de comedia comercial muy particular. En esencia, sus historias son una grotesca y vodevilesca visión de la vida que, a pesar de esa idiosincrasia, contienen amargos conflictos emocionales o interpersonales más profundos de lo que es habitual en el género. En Avui no sopem, un reparto muy solvente encabezado por Jordi Banacolocha protagoniza una serie de situaciones muy identificables en cualquier familia que nos hablan del estrés de la tercera edad, el egoísmo económico o la paternidad en general con buen ritmo y un buen puñado de diálogos ingeniosos. La propuesta transmite tanta realidad, en algunos momentos, que puede llegar a resultar incómoda, dependiendo del nivel de identificación que sufra el espectador. Y es que el retrato psicológico de los personajes es muy elaborado y acertado, y tiene una importante capacidad de universalización, en parte, gracias a la tarea de dirección de Gómez. Quizás algunos fragmentos se alargan innecesariamente y otros se pasan de histrionismo o parecen gratuitos, pero el caso es que, llegado el clímax, todo parece encajar a la perfección en esta comedia tan alocada como lúcida en términos de costumbrismo.
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