Hace años (más de 5) que esperaba ver este musical de Jason Robert Brown del que me fascinaba su estructura: una relación de pareja contada a dos voces, uno nos lo cuenta a medida que todo pasa – el enamoramiento, la pasión , el distanciamiento, las ambiciones personales no siempre compartidas, la ruptura …- y el otro hacia atrás, en un viaje emocional muy, muy difícil de interpretar. Me intrigaba cómo sería el momento en que coincidían las dos perspectivas temporales y realmente ese momento es muy delicado. Ahora bien, – el problema de las altas expectativas- me faltó cierta emoción. No es que las interpretaciones de Anna Herebia (Rent) y Marc Flynn (El despertar de la primavera) no sean de mucha calidad sino que quizás por la propia estructura de la obra, veía dos historias demasiado paralelas más que una sola explicada desde dos puntos de vista. Quizá también me está pasando en algunas propuestas que implican mochilas vitales, relaciones de pareja largas e intensas, que creo que actores no tan jóvenes jugarían con ventaja. Me debo estar haciendo mayor….
Una pega menos subjetiva fue el sonido. La música -bien diversa y muy bien interpretada al piano y violín- se come a ratos las voces, sobre todo al inicio, perjudicando la comprensión de las letras.
En resumen, musical muy trabajado, con cuidado y delicadeza, íntimo -tanto que hace daño a ratos ver cómo se desmorona la relación-, en un espacio más que adecuado para una historia de amor y desamor cantada al oído, el Maldà.
