En el programa del Grec consta como espectáculo de danza, pero está claro que Appearance es más bien un happening, una performance o incluso una instalación más propia de museos o salas de arte que no de una sala de teatro. No quiero sacar méritos a un montaje que hipnotiza y que transmite con claridad su mensaje, pero quizás no estamos acostumbrados a asistir a este tipo de acontecimientos sin previo aviso y con una etiqueta que no es la adecuada. Anoche todo el mundo mostraba extrañeza ante el cuerpo de tres bailarinas que repetían, sin cesar, una serie de movimientos y acciones durante dos horas. Estaba claro que el efecto de la luz encima de los cuerpos y de la vestimenta que llevaban provocaba una serie de imágenes impactantes, pero a los diez minutos ya habíamos captado la esencia del supuesto espectáculo. A los veinte, ya empezábamos a entrar en un tipo de nirvana que podía abducirnos. A los cuarenta minutos, más o menos, si no habías entrado en estado de hipnosis la opción más lógica era desertar… Y es que al final pasa como en algunos espectáculos que utilizan la hipnosis de verdad, que o bien pones mucha fe de tu parte o acabas pensando que te están tomando el pelo.
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