Magnífico concierto, de hecho, mucho más que un concierto, de Anna Moliner (You say tomato, Infàmia…) y Andreu Gallén, también mucho más que pianista (Maremar, Requiem for Evita). Digo más que un concierto porque con Anna el aspecto teatral está asegurado y fue un auténtico espectáculo lleno de creatividad, talento y proximidad. Una magnífica velada.
El repertorio fue una selección tan personal como variada donde pudimos disfrutar de los diversos registros de Anna. Diferentes piezas pero con una esencia común de reivindicación personal y artística, de decir sí a quien queremos ser, a perseguir lo que nos hace felices a pesar de los obstáculos. Y es que el concierto nos dejó no sólo (como si fuese poco) un buen rato musical, divertidísimo y emocionante sino que también fue un chute de optimismo, de alentarnos a perseguir los sueños, como hizo ella a pesar de algún profesor que había olvidado la importancia de apoyar a los que quieren aprender. Y sí, habrá piedras en el camino. Y qué? Yo digo sí!
Así, sonaron adaptaciones de musicales como Chicago, A Chorus Line, Sondheim, Evita, Dagoll Dagom o la ovacionadísima Y sin embargo te quiero del Réquiem …, con algunas de las piezas adaptadas especialmente por David Pintó para este one woman show (bueno, no bien bien, que Andreu tiene mucho que decir.
También disfrutamos, y mucho, de canciones compuestas y escritas por ella presentes en su disco Scents (no viene al caso pero me apetece decirlo, una joya de sentimientos, de buena música y letras, esencias que nos despiertan la memoria y también, la esencia de quienes somos y cómo hemos llegado a serlo.
Hubo espacio para momentos festivos (como el remember de los 90, que nos ha contagiado la alegría de años pasados) y delicados con (una de mis canciones favoritas), Both Sides Now.
Además, anécdotas y, muestra absoluta de inteligencia, espacio para reírse de sí misma, con una conexión y cercanía total con el público. Y de regalo, una experiencia alucinante: improvisación de una canción en directo, sin red, con sólo una clave: I’m alive. Reiréis pero fue una experiencia de las que se graban en la memoria. Cómo jugaban ella y Andreu, se seguían, reían y después de todo, una pieza notable creada en ese momento ante nosotros.
Yo digo sí a repetir esta velada!