Pasa el tiempo y, cada vez, resulta más evidente que los más jóvenes tienen una manera de relacionarse con la ficción muy diferente a la de personas de generaciones anteriores. Es importante que el teatro empiece a absorber estas nuevas miradas y tratarlas encima del escenario, si no quiere perder del todo el interés de esta juventud que son ya más presente que futuro. Andrea Pixelada se aproxima al fenómeno de los booktubers (adolescentes que hacen críticas de libros en YouTube) para hablar de los límites entre realidad y ficción, de cómo la ficción influye en la construcción mental del mundo y de cómo las verdades que creemos son, muchas veces, también relatos construidos. La dramaturga Cristina Clemente domina con habilidad este rompecabezas narrativo enloquecido de realidades contrapuestas, dejando sobre la mesa algunos temas de rabiosa actualidad y un buen puñado de sugerentes interrogantes. Curiosamente, la dirección de Marianella Morena opta para no utilizar vídeos ni ningún apoyo audiovisual para la ocasión, dando un original toque artesanal al conjunto. El principal problema, quizás, es que el tono del espectáculo resulta algo histriónico y esto hace que se pierdan matices y alguna otra sutileza que sí parece entreverse en el texto. En cualquier caso, el montaje es ágil, divertido y abre debates interesantes, a pesar de que los giros argumentales se precipiten de forma abrupta en su tramo final a causa, en general, de un ritmo acelerado en exceso.
¡Enlace copiado!