Nelson Valente ya es un director argentino de referencia en Barcelona, al menos a día de hoy. A lo largo del tiempo hemos tenido otros (Daulte, Veronese, Tolcachir, etc.) pero ahora le toca a él defender la herencia argentina del teatro pequeño, sobre conflictos familiares, contando con intérpretes de allá (El loco y la camisa, El declive, Silvia) pero de vez en cuando con algunos de aquí (Els gossos) e incluso dirigiendo textos que no le son propios (Pols de diamant, Els rapinyaires). Y ahora le ha tocado el turno de estrenar en el TNC, apostando por los temas que mejor se le dan y poniendo la memoria –o la carencia de ella- como motor esencial de un texto costumbrista, a camino entre la comedia y el drama más cotidiano.
La obra empieza, como no podía ser de otra manera, con una escena familiar gritada –quizás demasiado- y expresamente confusa. Nadie escucha al del lado, como pasa muchas veces, y no será hasta la aparición de la madre que sabremos cuáles son los objetivos y las aspiraciones de los hijos. Es precisamente con la presencia de la madre (grandiosa Mercè Arànega) cuando se dan las escenas más acertadas, las referencias lorquianas y los pequeños monólogos finales de varios personajes, auténticos golpes de efecto que dejan noqueado al espectador. Escenas de gran efecto que vienen avaladas por actrices y actores de primera, desde las increíbles y siempre eficaces Mírima Iscla, Victòria Pagès y Marcia Cisteró, hasta Joan Negrié y Biel Rossell.
Esta es la primera producción entre el Teatro Nacional de Cataluña y la Sala Trono, uno de los referentes teatrales en la ciudad de Tarragona desde hace más de 20 años. Seguramente por las dimensiones de la sala tarraconense, el montaje se ha pensado cómo un espectáculo de pequeño formato y esto se pone en evidencia en la Sala Petita del TNC… que de pequeña no tiene nada. Se nota que sobra espacio, que se ha llenado sin sentido con cajas de mudanzas y que solo sirve como sala de espera por los actores que salen de escena. Un pequeño contratiempo sin importancia para una obra que tendrá largo recorrido y que, de momento, ya ha agotado entradas antes de estrenarse.