Los errores y los crímenes cometidos por los antepasados se arrastran a lo largo de los años y aunque se quieran esconder, las culpas y las vergüenzas explotan en un momento dado afectando la vida y las relaciones de los descendientes.
Boulem Sansal, el famoso escritor argelino, en su novela “La aldea del alemán o el diario de los hermanos Schiller” habla del comandante de un campo de exterminio nazi refugiado en Argelia después de la segunda guerra mundial que hizo creer a sus hijos que había sido un defensor de la libertad de Argelia. La vergüenza, la rabia y el sentimiento de culpa destruye al hijo que investiga y descubre la verdad.
No es el caso de Joan Carreras que interpreta divinamente a Joan, propietario de un patrimonio que proviene del tráfico de esclavos de su abuelo. Él lo justifica y adopta una actitud cínica delante del poder que le da lo que ha heredado y que considera que le pertenece por derecho propio.
Es un texto de Sergi Pompermanyer, espléndido, cuidado y equilibrado en el que hace intervenir también a las víctimas de aquel momento a través de la figura de una esclava que el abuelo trae de Cuba como juguete sexual. La magnífica dirección de Julio Manrique pone de relieve las dos realidades que quedan bien diferenciadas en el tiempo utilizando el mismo espacio modificando únicamente la iluminación (Jaume Ventura). El hijo (Marc Bosch) vuelve de Londres para celebrar su aniversario con una pareja negra (Tamara Ndong) que los padres todavía no conocen. La presencia de los dos jóvenes hace que aparezcan diferencias y desavenencias. La madre es Mireia Aixalà, maravillosa en su papel de burguesa acomodada. La abuela, Carme Fortuny es la que dice la verdad que inicia el drama y la frase más contundente de toda la obra: “Nosaltres no plorem. Nosaltres fem plorar als altres”. No puede fallar la criada (Aida Llop), que se encuentra cómoda en una casa rica contando con la complicidad de la señora. La escena final no aporta demasiado al tema y sería prescindible.
Es una historia muy potente con algún momento de comicidad y siempre con un trasfondo de drama y tragedia pero sobre todo, es una obra que habla de una de las partes más oscuras de nuestra historia y te invita a la reflexión y a la asunción de uno de los hechos de los que no se ha querido hablar demasiado.