Unos actores y un director/dramaturgo se dirigen al público directamente y hablan de cómo ha sido el proceso de ensayos de La Gavina, de ellos mismos, de la profesión, etc. Así empieza esta libre adaptación de Àlex Rigola de la obra de Chéjov. Quizás no tendríamos que hablar ni de adaptación, a pesar de que tímidamente y poco a poco van apareciendo ante nuestros ojos las situaciones de la obra, los temas que realmente importaban al autor ruso. Casi sin darnos cuenta, y partiendo de personas reales, delante nuestro se materializan Nina, Irina Arkadina, Konstantin, Trigorin… Unos espíritus muy teatrales que solo un creador como Rigola podía invocar de una forma tan natural, tan orgánica.
Esta Gaviota nos habla de teatro, pero también de amores no correspondidos, de depresión, de muerte, etc. Chéjov es un autor poliédrico, y aquí Rigola le sabe sacar el polvo a todas sus caras, hasta conseguir un texto muy personal, muy moderno… y, a la vez, muy respetuoso con el universo literario del autor. A través de anécdotas muy jugosas, de cuestiones polémicas, de críticas a cierto tipo de teatro y de fragmentos del texto original se construye un todo que convence. Seguro que también decepcionará a los que vayan buscando una adaptación canónica, pero para estos el espectáculo también tiene dedicadas un par de páginas.