Pocas obras aguantan el paso del tiempo como Acorar. La vi hace 10 años en Espai Brossa, me compré el libro, leí y releí el texto, subrayé las palabras curiosas para mí, las intenté pronunciar con la misma gracia que Gomila, lo regalé, hice que disfrutara la gente de mi alrededor y claro.. el libro ha desaparecido, por lo que he decidido ir a ver otra vez esta obra con el recuerdo de una obra inolvidable.
Toni Gomila, creador e intérprete de este maravilloso texto, ha mejorado también con el paso del tiempo manteniendo la riqueza verbal e interpretativa, sin perder ni un ápice el acento mallorquín. La ha hecho suya. Durante estos diez años hemos visto a Toni Gomila actuando en otras obras, como en Hamlet dirigido por Oriol Broggi o en series televisivas como Això és mel pero siempre (sin querer) lo oigo recitando este texto con el que logró entre otros, el Premio Serra d’Or 2013.
La matanza del cerdo era una necesidad y también una fiesta que reunía a toda la familia durante un día entero en torno al trabajo para elaborar todos los embutidos que se obtienen del cerdo y de los que vivían todo el año. La distribución de las tareas muestra el papel de cada uno de los miembros de la familia y el papel unificador y omnipresente de la mujer.
El recitado de Gomila es un canto a las palabras, es una lucha enconada por mantener y conservar el poder de la lengua y de las palabras empleadas en esta fiesta y que se empeña en que no caigan en el olvido: potó, cuixot, sagí, zulla, espinada, llom, llomillo, costella, costella dolça i, sobretot, botifarró y la reina de la fiesta: la sobrassada. También critica la utilización de los genéricos por parte de los jóvenes por desconocimiento de los nombres de los pájaros y de los árboles. “Quan moren es mots, moren es conceptes”, i la vida morirà com moren es pobles si moren ses paraules”. El ritmo y la musicalidad del lenguaje nos atrapa como en un concierto. Gomila interpreta a los diferentes personajes que intervienen. Nos sentimos dentro de la fiesta, vemos a la abuela cerca del fuego dando consejos que ya no son útiles porque ya nada es lo mismo.
Es un canto a la tradición y a Mallorca y los riesgos que la rodean. Canta con nostalgia “aquell temps en què ses coses no s’ensenyaven; quan créixer era amarar-se de paraules, de respecte en vertical” la tradición pasaba de padres a hijos y Lo nostro se entendía como lo inmutable que daba un sentido de pertenencia.