Así se llama este teatro en que el espectador le parece que ve lo que pasa en una casa cualquiera a través de una ventana por el agujero de la cerradura. En este caso espiamos a una pareja a lo largo de su relación de seis años… y ocho roturas. La obra no sigue el tiempo cronológicamente, pero esto no supone ningún problema porque a parte de la pareja, tenemos a un tercer actor que es una especie de narrador que para el relato, lo hace continuar, interacciona con los espectadores… un hallazgo. Una buenísima dirección ha permitido que los tres actores lleguen a la excelencia. El acento argentino, un valor añadido que enriquece los diálogos. ¡No os la perdáis!
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