Esta obra combina el género de ciencia-ficción y la comedia de puertas para experimentar con el tiempo y el espacio escénico. Un mix de ingenio y diversión que explota las infinitas posibilidades del juego teatral.
Todo comienza en un laboratorio óptico donde tras un experimento fallido se abre una puerta a una dimensión paralela. Allá descubrimos una segunda trama donde cada personaje tiene su propio doble. De este modo, Javier Daulte nos invita a asistir a dos obras de teatro de forma simultánea.
Pero lo más interesante de esta obra, más que las dos líneas argumentales que no muestran grandes pretensiones, es su juego con la simultaneidad espacial y la idea del doble. Jugando con entradas y salidas constantes, cambios de personajes, repeticiones de escenas desde distintos puntos de vista y la representación simultánea de dos realidades, se crean unos gags excelentes que ponen en valor las infinitas posibilidades del teatro.
Sin embargo, la obra también se debe al cinematográfico imaginario de la ciencia-ficción. Lo percibimos en el uso de la banda sonora de Vértigo, los fundidos a negro entre escena y escena o el maravilloso «plano final» de Sandra Monclús prometiendo un «continuará…» que todos los espectadores mataríamos por ver.
Tras 15 años de su estreno, LaPerla29 ha decidido retomar esta obra con el mismo reparto original. Un gran acierto que es de agradecer por todos aquellos que nos la perdimos en su día. Gracias, me habéis descubierto una obra imprescindible, una celebración de la magia del teatro. Una demostración de que cuando se trata de jugar, no hay arte que lo supere.