¿La amistad lo aguanta todo? ¿Es posible tener un amigo o amiga a cualquier precio? Cuando entran en conflicto opiniones contrapuestas y relaciones tóxicas, ¿la verdad es la solución o el problema?
Estas y otras preguntas nos formula esta obra tan bien llevada al escenario en los personajes interpretados por Marta Aguilar y Bernat Quintana. Dos buenos amigos que han llegado a un punto de inflexión en su relación, pero que no saben como eso les comportará cambios en su vida.
Todo empieza cuando A (ella) se enfada con B (él) por no haber estado presente en una manifestación contra una intervención militar a un país del Oriente Medio. Lo que parece una enrabiada del momento, es la gota que ha derramado el vaso de ella. Es el hecho que lo ha hecho explotar todo. Hacia tiempo que A sentía que B no era el mismo, ni con ella ni con sí mismo. B, que se lo huele, le recrimina a A que quizás la razón de su griterío es otra y no la que ella defensa. Y aquí empieza el festival de dudas, emociones y decisiones.
Tanto uno como la otra se empiezan a plantear si deberían hacer saber al otra que es lo que realmente piensan y siente sobre ciertas actitudes y comportamientos que tiene el otro. Y lo que había empezado como una discusión por una acción militar, acaba convirtiéndose en una intervención de uno hacia la otra para hacerle darse cuenta de la realidad.
Son conversaciones crudas, que a veces cuestan de espiar desde el patio de butacas, pero que se notan imprescindibles y reales. Aguilar y Quintana evolucionan con sus personajes en cada momento que se encuentran sus personajes, asumiendo en cada gesto y actitud el rol que pertoca según el paso del tiempo.
Un escenario vacío con una pantalla, donde se proyectan imágenes que ubican a la espectadora en el momento en que se encuentran emocionalmente los personajes, y cuatro elementos sencillos y eficaces, ayudan a que el público no pueda obviar cada palabra que se dicen los protagonistas, dejando claro que es lo que importa de esta producción.
Aunque al final parece que el texto podría haberse reducido un poco o recortado algunas escenas demasiado alargadas en el tiempo, el conjunto funciona y deja a la espectadora reflexionando y repasando momentos propios.