Peya compuso esta música para un taller de Eòlia y de taller se ha convertido en una obra que se mantendrá durante tiempo en los escenarios. Ella crea música incidental o para un taller o para sus conciertos individuales o en compañía. Siempre con su gran talento de compositora e intérprete.
Esta pieza me emocionó mucho y no sé exactamente porqué. No era la identificación con las historias ni la nostalgia que algunas destilaban. Era la música y la magnífica interpretación del piano y de las voces.
Me fui a casa oyendo y cantando:
..”i tancaràs els ulls
Viatjaràs molt lluny
Quan vulguis pots tornar
Però no t’adormiràs”…
Se trata de un juego permanente con el tiempo y el espacio, un juego con la realidad virtual en la que una habitación vacía permite gracias a sistemas futuristas, conectar con personas desaparecidas. La idea de que podamos acceder al más allá no es nueva y es una necesidad de la humanidad de saber qué hay después y de reencontrarnos con los que ya han partido como una historia de médiums pero en sentido contrario. Se puede acceder a un mundo en el que encontramos las mismas reglas y trampas que en el nuestro.
La idea de Marc Artigau ha permitido conocer historias, desarrollarlas y enlazarlas.
La escenografía de Lola Belles es sencilla y muy adecuada. La iluminación de Conxita Pons diferencia muy bien las diferentes historias.
Las voces de Carla Pueyo, Eric Oloz, Cristina Vallribera, Ferran Enfedaque, Núria Llausí, Ariadna Colomer, Marc Arias i Marc P. Balasch acompañadas al piano por Miquel González se funden en una sola y el resultado es estremecedor.