Sincera y emocionante

Tómbola

Tómbola
07/12/2021

Divertida, emotiva, tierna, sincera y con un mensaje muy potente. Este sería el resumen de esta propuesta de la compañía Gespalka’p.

Lo que empieza como una historia alegre de una novia a la fuga el día de su boda que nos explica su historia, se acaba convirtiendo en la narración de una vida llena de situaciones que han marcado su propia existencia para bien o para mal. Y en medio de esta exposición vital está la figura de Marisol que se convierte en excusa y eje vertebrador de todo el texto. Porqué como ella, la protagonista pasa de ser una niña ahogada por el abuso de poder que sufre violencia machista, a una mujer, como Pepa Flores, que consigue su libertad.

Aunque parece al principio que estamos ante una comedia absoluta, el público no para de reír durante la primera mitad de la producción, dentro de estas sonrisas acaban colándose momentos agridulces e incómodos que nos provocan tristeza y rabia. Acompañamos a la protagonista en un viaje por sus relaciones y, con ella, nos damos cuenta que siempre han estado marcadas por un elemento constante de dolor.

Laura Dorca es el corazón y Mateu Bauçà la alegría de esta obra. El disparo de salida ya se da cuando Bauçà nos acomoda en nuestros asientos de la estación de autobuses e interactúa de manera brillante con los espectadores y espectadoras. De hecho, él el contrapunto del drama que va surgiendo en la obra, creando un equilibrio exquisito entre la dureza del relato y la rotura alegre para formar una sonrisa en la cara del público y no hacer sufrir más de lo necesario. Dorca se deja la piel en el escenario y nos hace cómplices de su historia, reímos con ella cuando nos habla de unas parejas “peculiares” o de su paso por Tinder, y la queremos cuidar y abrazar cuando nos explica el pasaje de la comida de Navidad. La conexión entre los intérpretes y el público es inmediata y eso es difícil de producir y mantener durante toda la obra, pero ellos lo consiguen con creces.

El texto es muy divertido y potente, al mismo tiempo que ameno y lleno de contenido y emoción, y está tramado de una manera muy inteligente metiendo algunas de las canciones más conocidas que interpretó Marisol. Así, mientras Dorca nos explica la primera vez que se enamoró se arranca a cantar el primer Tómbola de la obra alegre, emocionado, entregado y vivo, para después pasar por las diferentes etapas de su vida de relaciones afectivas o abusivas con Estando contigo o Me conformo, por ejemplo, y acabar con un Tómbola totalmente diferente al inicial.

Con estas interpretaciones, canciones y texto formidable, solo hacía falta un punto audiovisual y sonoro que lo envolviera todo perfectamente. Y así lo hace, con una pantalla al fondo que da soporte a la narrativa con imágenes significativas y un registro sonoro hacia el final de la obra -no desvelaré cual- que consigue redondear toda la historia.

Se sale del teatro con el corazón emocionado al mismo tiempo que encogido, pero lleno de esperanza. No hace falta nada más.

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