Esta no es la primera vez que la novela de Joanot Martorell sube a los escenarios. Se han hecho varias versiones escolares, orientadas a fomentar la lectura y la comprensión de todo un clásico, pero también en el 2015 la ya desaparecida Jove Companyia del TNC se atrevió con el texto y cedió todo el protagonismo a un joven Enric Cambray. Esta vez, sin embargo, es cierto que se ha querido hacer una versión más adulta y quizás más seria, a pesar de que el resultado se haya vuelto a quedar a medias.
Para empezar, no es nada fácil adaptar este tipo de textos al teatro. El libro de Martorell es una novela caballeresca, con batallas, guerras y momentos eróticos y amorosos que van punteando la acción. El problema aparece cuando ninguna de estas cosas se hacen bastante patentes a escena. Al menos en este espectáculo de Joan Arqué todo queda demasiado insinuado, demasiado difuso, como si se quisiera pasar de puntillas por encima de los momentos que realmente dan alma a la historia. Hay momentos conseguidos, como el del naufragio, pero creo que en general la fuerza ha quedado descompensada. Tampoco creo que la estética ayude en exceso, empezando por un vestuario discutible y una escenografía que quiere ser minimalista y acaba siendo insuficiente.
Aun así, la propuesta acierta con el acompañamiento musical de Judit Neddermann y algunos números de conjunto, como el del final, que sí tienen la fuerza y la épica requeridas. Las interpretaciones se quedan en correctas, a pesar de que Laura Aubert y Moha Amazian destacan algo más por encima del resto. En definitiva, un espectáculo que ayudará a conocer y a reivindicar el clásico pero que quizás decepcionará a los que ya lo conocían.