Desde que nuestra actualidad ha entrado en una etapa políticamente convulsa, hemos quedado atrapados en una dinámica de estar hartos de hablar siempre de los mismos temas y, al mismo tiempo, no poder dejar de hacerlo. En este sentido, Sopa de pollastre amb ordi es una propuesta muy interesante y muy adecuada para este momento, ya que explora cuestiones como la lucha social, los ideales, la resistencia y el desengaño final que están muy presentes en nuestro día a día, y nos aporta una refrescante nueva perspectiva. El espectáculo muestra con gran inteligencia la erosión emocional en una familia inglesa a lo largo de la historia, desde la lucha contra el fascismo en la Guerra Civil Española hasta la decepción que supuso para los comunistas el totalitarismo de Stalin en la Unión Soviética. La dirección de Ferran Utzet no sólo saca un gran provecho de las interpretaciones, también encuentra una idea brillante para explicar el paso del tiempo, la irrupción del capitalismo en la vida de los protagonistas y la pérdida de las convicciones más esenciales ante las cosas superfluas. La historia está maravillosamente explicada y, a pesar de tener momentos de dispersión, genera toda una serie de debates de gran profundidad. Se trata de un ejercicio que nos hace de espejo de forma tierna pero también contundente. Un retrato social donde todos los personajes tienen sus razones para hacer lo que hacen y para pensar como piensan… igual que en la realidad que nos rodea.
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