La violencia del patriarcado no se acaba

Quan ens haguem torturat prou

Quan ens haguem torturat prou
30/01/2023 - TNC – Teatre Nacional de Catalunya

Anna Alarcon y Xavi Sáez son los protagonistas de esta historia que escribió Samuel Richardson en 1740 y que llevó al teatro Martín Crimp a mitad del siglo pasado con el título “When We Have Sufficiently Tortured Each Other: 12 Variations on Samuel Richardson’s Pamela”. Más de dos siglos más tarde, aunque la trama no puede ser la misma, el tema continua siendo desgraciadamente muy actual: El poder y la dominación a través del sexo y de la fortuna.

Aunque no fue el primero, a Richardson se le considera un escritor conocido por haber iniciado el género epistolar en la novela. A través de las cartas y del diario personal de Pamela se conocería el acoso que sufría por parte de su amo. Lo que en el siglo XVIII fue una comedia de enredo para conservar la virtud con un final feliz, Martin Crimp (1955) le da una vuelta, un giro sorprendente en el que resalta como en “Decadencia” de Steven Berkoff, el triunfo del dinero y del poder en una familia acomodada. El lenguaje provocador de Crimp recuerda a Berkoff por su desenvoltura, realismo, provocación y una buena dosis de crueldad.

La creencia en el género fluido de la sociedad actual hace que el sexo se convierta en una forma de dominación y el equilibrio de poder entre el hombre y la mujer es cambiante. Magda Puyo le da una vuelta más a la dramaturgia de Crimp y aparece su sello personal y crítico con el capitalismo y el patriarcado.

Anna Alarcon, espectacular en superlativo, reafirma en esta obra su ya conocido gran talento artístico. Bien acompañada de Xavi Sàez con el que hace un tándem magnífico, los cambios de rol no hacen más que potenciar la lucha por el mantenimiento del poder masculino.

Hay personajes secundarios (Neus Soler, Alba Gallén y Guim Oliver) que pueden alejarte del núcleo principal o añadir un elemento de perversidad a la violencia presente en toda la obra. La criada (Cristi Garbo), que en las obras clásicas acostumbran a tener un papel liberador, aquí se incorpora a la crítica del poder de la imagen y para participar directamente en la lucha de géneros.

Es una obra excitante y desconcertante que en ningún caso te puede dejar indiferente.

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