Un pisito en Sants, canciones de Nuria Feliu sonando por el patio de luces, una mujer que ha desaparecido, un vecino sospechoso, efectos paranormales… y unos cuantos misterios más. Estos son los principales elementos de Passaran coses fantàstiques, una comedia con mucha magia y unos personajes que están rozando el absurdo todo el rato. Quizás no es una comedia al uso, ni siquiera una simple comedia alocada, sino un vehículo para sorprender al público a través de un género poco frecuentado en teatro: la ciencia ficción.
El argumento de Jordi Casado i Sílvia Navarro, a pesar de querer hablar en el fondo de la cultura del esfuerzo y de las expectativas que nos creamos en la vida, no es más que un instrumento… tal como decíamos antes. Y se trata de un instrumento que permite introducir la magia en la historia de una forma natural, consiguiendo trucos sencillos –algunos quizás no tanto- que dejan boquiabierto al espectador. Estas pequeñas sorpresas harán que salgamos del teatro con un buen sabor de boca y con ganas de seguir disfrutando de la trama y de los personajes. Un producto simpático que genera buenas vibraciones.
Otro de los elementos del éxito de este montaje es el reparto. Ferran Vilajosana, que hemos visto los últimos años en Red, La tendresa o El temps i els Conway, afronta un protagonista que está todo el rato a mil revoluciones y que defiende con una interpretación que bordea el slapstick. También tenemos a la veterana Teresa Vallicrosa, que a pesar de hacer un papel secundario demuestra su gran versatilidad y la capacidad para divertirse en productos pequeños como este (hace unos años la vimos en el mismo teatro en la destacada Instruccions per enterrar un pare). Completan el reparto los igualmente divertidos Júlia Santacana y Sergi Armentano.