Distopía existencial

La nostra parcel·la

La nostra parcel·la
13/03/2020

De nuevo, otra obra de teatro que nos plantea una distopía o, mejor dicho, un futuro próximo no muy halagüeño. Alguien podría decir que estamos más en el terreno de la ciencia ficción, o en algún capítulo de Black Mirror, a pesar de que el tema principal de la pieza es la desazón existencial y el comportamiento humano ante situaciones que lo sacan de lo que está establecido. Es muy curioso, pues, ver como los dos personajes femeninos recluidos en una especie de vacío tienen que empezar a recomponer -o no- toda una serie de normas, creencias y limitaciones para poder convivir. En poco rato, y con una dramaturgia muy hábil e inteligente de Lara Díez Quintanilla, vemos como se construye ante nosotros una sociedad absurda o como se reproducen modelos que han aparecido en el transcurso de la historia de la humanidad: la esclavitud o la sumisión, el fanatismo religioso, el conformismo, la rebelión, etc. Setenta cinco minutos que dan para mucho, en parte también a las buenísimas interpretaciones de Judith Farrés y Marta Marco.

El espacio escénico -un cuadrado lleno de corcho desmenuzado- no podría ser más sencillo ni más eficaz, pero está claro que no podemos obviar el trabajo de iluminación a partir de un panel con leds. Un trabajo realmente meritorio que da momentos, tanto visuales como argumentales, muy potentes. Estamos delante, pues, de una pieza pequeña pero con muchos puntos a favor… Es cierto que el final quizás desmerece, por demasiado obvio, pero no empaña en absoluto una idea y una ejecución brillantes.

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