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Del consentimiento a la decepción

Honestedat

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Honestedat → Teatre Akadèmia
14/12/2025 - Teatre Akadèmia

El punto de partida de esta obra ya nos indica por donde pueden ir los tiros, pero la historia de la actriz veterana que se niega a salir desnuda en una película tiene muchas más aristas de las que uno pueda suponer, y mucho más afiladas de lo que parecen en un principio. Evidentemente es una obra que va sobre el consentimiento, el derecho a decir que no y la honestidad profesional dentro del mundo artístico, pero también va de la amistad, del desencanto y de la decepción entre dos personas que se han respetado y querido. De hecho, tal como dice la protagonista la cuestión ya no es sobre enseñar el cuerpo, sino sobre cuando se te tiene o no en cuenta dentro de una relación contractual, pero también vital. La pérdida de respeto o la falta de empatía hacia el otro es mucho más importante que cualquier otra cuestión a la hora del entendimiento y el diálogo entre personas.

Este texto de Francesc Cuéllar -conocido actor de obras como L’herència, M’hauríeu de pagar, Els homes i els dies, Jauría y Mili KK, entre otras- es una pieza madura y realmente importante, en la que la dialéctica entre los dos personajes crece y se matiza con mucho de acierto. Es verdad que a veces el registro de los personajes es bastante elevado y quizás resta naturalidad a la trama, sobre todo en los momentos más filosóficos de la discusión, pero si se entra en el juego es difícil no sucumbir al duelo propuesto. Un duelo en el que las posturas de los protagonistas hacen ir al espectador como una pelota, a pesar de que pueda tener clara su postura desde el comienzo…

La dirección de Cuéllar es afinada en el tratamiento del texto y sobre todo en el ritmo, pero también en las decisiones estéticas, que a pesar de ser sencillas causan un gran impacto. Ahora bien, donde se nota que Cuéllar viene del campo de la interpretación es en la elección, y en la dirección, de los dos intérpretes. Dafnis Balduz, que ya hemos visto varias veces en enfrentamientos escénicos a dos bandas (L’oreneta o Pols de diamant), ofrece un trabajo arriesgado y muy preciso, con las emociones siempre a flor de piel. Míriam Iscla, por su parte, nos trae uno de sus trabajos más afinados y acaba la obra con un pequeño monólogo que hace poner los pelos de punta incluso a los que estamos muy acostumbrados a verla en los escenarios.

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