Una vocación, una voluntad para convertirse en alguna cosa significativa consigue hacer que una persona lo arriesgue todo y lo deje todo atrás para conseguir su objetivo, para hacer aquello que le parece correcto y acertado. A veces, es un camino doloroso que deja lleno de heridas, pero siempre se pone por delante cuál es la meta a conseguir.
Basado en el libro de Noah Gordon, este musical narra la historia de Rob. J Cole, un niño londinense que se queda huérfano y acaba separado de sus hermanos, mientras es recogido por un barbero-médico que recorre las poblaciones inglesas vendiendo curas milagrosas (y estafando a los clientes). Durante sus trayectos, Rob descubrirá su pasión por convertirse en un médico real y acabará viajando a Persia, en medio del s. XI, para estudiar en una prestigiosa academia.
Unas voces maravillosas provenientes de un reparto extraordinario convierten este musical en una producción épica, que absorbe al público en una vorágine magnífica de admiración y entrega. Y es que la espectadora queda con la boca abierta ya con el primer número y no la cierra hasta que acaban los aplausos finales. Voces potentes y presencia escénica es lo que sirven los y las intérpretes de manera constante.
Empezando por Beatriz de Teresa dando vida y voz a Rob. J. Cole de pequeño, pasando por Joseán Moreno con un espléndido Barbero, Alba Cuartero emocionante con su Mary o Paco Arrojo dejando mudo al público cantando por el Sha. El reparto es un acierto absoluto, a falta de alguna pequeña mejora para que acabara de ser fantástico.
La escenografía es completa y grandilocuente, aunque sin pasarse, muestra aquello necesario para poner a la espectadora en contexto. El vestuario es de una orfebrería exquisita, cada personaje tiene una vestimenta detallada al milímetro (es necesario destacara la espectacularidad del Sha).
Y por encima de todo lo mencionado, está el musical como tal. Iván Macías, compositor y productor artístico, y Félix Amador, libreto y letras, firman una producción con corte de los grandes clásicos. Las primeras notas que se reproducen en el primer gran número ya ponen la piel de gallina al público. La música envuelve todo el teatro y preparara a la espectadora para tres horas de maravilla.
Para aquellas personas amantes de los musicales es imprescindible ir, para aquellas que se emocionen con la música, también.