Alice Birch es una joven autora británica, conocida por sus obras teatrales pero también por haber guionizado películas como Lady Macbeth o series como Normal people o la segunda parte de Succeccion. Blank es un ejercicio interesante y también un reto, puesto que la dramaturga presenta 100 escenas cortas e independientes sobre familias desestructuradas. Una especie de gran catálogo del que cada director elegirá aquellas que más le interesen…
El Tantarantana y el Centre de las Arts Lliures han trabajado conjuntamente y han creado dos espectáculos que recogen 37 de las escenas de Birch. Por un lado las protagonizadas por los adultos y por el otro las vividas por los jóvenes. Los dos montajes se representan simultáneamente, con videollamadas que incluso unen las dos propuestas. Una curiosa fórmula que tiene como principal mérito el haber conseguido la colaboración de los dos teatros y el trabajo conjunto entre directores y equipo técnico y artístico.
En las escenas elegidas encontramos todo tipo de situaciones complicadas entre padres e hijos. Desde paternidades irresponsables, a suicidios, abandonos o desapariciones. Historias que aparentemente no tendrían que tener ninguna conexión, pero que Romei y Chornet –los directores de los dos espectáculos- relacionan a momentos con algunos personajes que se repiten. Una fórmula que podría ser interesante pero que acaba confundiendo al espectador, más preocupado en buscar un vínculo o un sentido entre todos los fragmentos que a dejarse llevar por la avalancha de infortunios que tiene delante… Buenas interpretaciones de Elena Fortuny, Laura López, Francesca Vadell y Dani Arrebola, pero quizás a momentos un poco demasiado afectadas.