A lo largo de las décadas, El lago de los cisnes, con música de Piotr Ílich Chaikovski, se ha convertido en la quinta esencia de la danza como forma de arte. Ninguna otra obra ha ganado tanta popularidad ni se puede comparar con respecto al número de adaptaciones escénicas y versiones coreográficas. Sin duda, ha logrado una posición dominante y forma parte del imaginario colectivo.