Sinopsis
Una mujer, experta en mediación de conflictos, conduce durante una tormenta de nieve en dirección a Ottawa, donde debe pronunciar una charla. Su compromiso y las difíciles condiciones meteorológicas la llevarán hasta la habitación de un hotel en el que todo, desde las lámparas hasta la nevera, se activa mediante la voz y de manera bilingüe, en inglés y en francés. Pero ¿qué sucederá cuando la protagonista no pueda activar algún aparato utilizando su propia lengua? Annick Bergeron interpreta un «monólogo» en el que, gracias al uso de las proyecciones audiovisuales, no es el único personaje. La obra es la segunda entrega del ciclo «Doméstico» del autor canadiense, que empezó con Seuls, símbolo del hijo (vista en el Teatre Lliure), continúa con Germanes (Soeurs), seguirá con Frères y acabará con Père et Mère.
El montaje quiere ser una especie de puzle escénico elaborado a partir de la intimidad y la autoficción. Aquí, el texto es solo una parte de un conjunto de diversos materiales que Bergeron ha ido reuniendo por encargo del director, y que incluyen los que la actriz ha obtenido a partir de la larga relación que estableció con Nayla, la hermana mayor de Mouawad.