Salomé es un texto de Oscar Wilde, dirigido y adaptado por Mia Parcerisa de la compañía La Cremosa. Una pieza erótica y violenta, pero también delicada, de orfebrería y muy sutil.
Sinopsis
Salomé, princesa, virgen y deseada por todo el mundo, se vuelve una trágica hija de la pasión cuando Iokanaan se convierte en el único hombre que no la desea. Incontrolablemente, llega hasta las últimas consecuencias para tener el hombre con el que se ha obsesionado: matándolo para tenerlo y muriendo consecuentemente.
Notes de la compañía
Lo que ha hecho que Salomé de Oscar Wilde pase a la historia (haciéndola pervivir en los escenarios) es la consideración que se le atribuye un talante provocativo, erótico, violento y sacrílego. Es evidente que es una pieza erótica y violenta, pero también delicada, de orfebrería y muy sutil. Su simbolismo hace que el subtexto contenga todos los elementos esenciales que quería expresar Wilde y que también habrían sido provocadores en su tiempo. Sin embargo, lo que se le reconoce ha sido la primera capa y la más superficial: la de la violencia, la locura y la antireligiosidad.
Es necesario conocer Wilde y Salomé desde el punto de vista de las relaciones entre los personajes y sus dramas que colisionan. Es en la parte emocional, en el deseo, en las miradas que no se cruzan, en los cuerpos que se reclaman, en cómo se dicen las palabras y las que no se dicen, en la musicalidad, en el ritmo y en la cadencia, que la obra toma su verdadero significado y la razón de ser. Y dónde rae la tragedia y la contemporaneidad.