Sacre se presenta en el Gran Teatro del Liceo como una sesión en tres partes: después de la angustia y la ansiedad recreadas en Sacre, encontraremos con Feune la serenidad de El après-midi de un fauno de Claude Debussy, y la paz tranquila y amorosa de Scène d’amour del Roméo. Tres creaciones bien contrastadas que muestran múltiples facetas de la naturaleza humana y revelan las luces y sombras de la humanidad.

La propuesta para Sacre es feroz, carnal, vigorosa, caótica y talmente magnética: una explosión con 28 bailarines de todas las edades que generan una enorme turbulencia sobre el escenario. Celebran la llegada de la primavera, cuando una joven es elegida como víctima a sacrificar y debe bailar hasta la muerte. Alarmismo, inquietud, miedo…, un drama que mantiene al público atento ante la desnudez de la víctima, que baila agónica hasta que las fuerzas le abandonan. Una danza macabra que no puede sanar las imperturbables grietas vitales de la decisión de la comunidad.

Sinopsis

Más de cien años después del estreno, en 1913, en el Théâtre des Champs-Elysées de París, a cargo de los Ballets Rusos de Diághilev, La consagración de la primavera de Ígor Stravinsky ya es considerada como una de las obras clave de la historia de la música.

El Teatro Mariinsky de San Petersburgo invitó a Sasha Waltz a ocupar esta extraordinaria partitura, tan simbólica en la historia de la danza. Una composición arcaica, cargada de tensión y que se caracteriza por un acentuado ritmo y multiplicidad de texturas y motivos musicales obstinados. Sus disonancias han hecho de la obra una de las piezas musicales más famosas de la vanguardia moderna y más representativas del siglo XX.

Sasha Waltz, que ya había hecho trabajo de investigación sobre los ritos y la dinámica de grupo con obras como Medea (2007) o Continu (2010), se sumerge en Sacre con esta reflexión: “Durante mucho tiempo, me han interesado los mitos arcaicos que conjuran el poder y el gran orden de la naturaleza. En el mundo altamente tecnologizado de hoy, las fuerzas de la naturaleza se han reducido a aparecer casi exclusivamente en forma de catástrofe. Los rituales, por su parte, muestran la estructura cíclica de la naturaleza y abordan la relación de la humanidad con sus orígenes. La creencia y la conexión en un orden superior se ven reforzadas; el individuo se sacrifica a sí mismo por el bien de la comunidad. La coreografía de Sacro de Stravinsky me da la oportunidad de dedicar toda una pieza a ese material”.

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Sinopsis

Más de cien años después del estreno, en 1913, en el Théâtre des Champs-Elysées de París, a cargo de los Ballets Rusos de Diághilev, La consagración de la primavera de Ígor Stravinsky ya es considerada como una de las obras clave de la historia de la música.

El Teatro Mariinsky de San Petersburgo invitó a Sasha Waltz a ocupar esta extraordinaria partitura, tan simbólica en la historia de la danza. Una composición arcaica, cargada de tensión y que se caracteriza por un acentuado ritmo y multiplicidad de texturas y motivos musicales obstinados. Sus disonancias han hecho de la obra una de las piezas musicales más famosas de la vanguardia moderna y más representativas del siglo XX.

Sasha Waltz, que ya había hecho trabajo de investigación sobre los ritos y la dinámica de grupo con obras como Medea (2007) o Continu (2010), se sumerge en Sacre con esta reflexión: “Durante mucho tiempo, me han interesado los mitos arcaicos que conjuran el poder y el gran orden de la naturaleza. En el mundo altamente tecnologizado de hoy, las fuerzas de la naturaleza se han reducido a aparecer casi exclusivamente en forma de catástrofe. Los rituales, por su parte, muestran la estructura cíclica de la naturaleza y abordan la relación de la humanidad con sus orígenes. La creencia y la conexión en un orden superior se ven reforzadas; el individuo se sacrifica a sí mismo por el bien de la comunidad. La coreografía de Sacro de Stravinsky me da la oportunidad de dedicar toda una pieza a ese material”.

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