Poeta en Nueva York, el poemario que escribió Federico García Lorca en los EE. UU. durante los años 1929 y 1930, con un puesta en escena que sitúa en el mismo plano a actores, bailarines, músicos y títeres.
Sinopsis
Cuenta Carlos Marquerie, autor y director teatral, que en su juventud, pese a haber tenido en su mesa de trabajo durante años el Poeta en Nueva York de Lorca, nunca supo cómo acercarse a él para llevarlo a escena. Con el paso de los años, en 2020, escuchó asiduamente el Omega de Enrique Morente y le llamó la atención el recorrido del Pequeño vals vienés, desde su escritura en 1930, pasando por Leonard Cohen y Morente, hasta llegar a la maravillosa versión de Sílvia Pérez Cruz. Todos, de alguna manera, habían dejado sus miradas en el poema, como impresas en nuestra manera de leerlo hoy. En este punto es donde Marquerie se da cuenta de que ha cambiado su manera de enlazar y comprender los versos de Poeta en Nueva York. Con Sílvia Pérez Cruz ha colaborado como iluminador, director de escena y dramaturgo en varios espectáculos, junto con la coreógrafa Elena Córdoba, también presente en este Poeta en Nueva York. El director teatral se convierte, de manera indirecta, en una pieza del universo Sílvia Pérez Cruz que nos acompaña durante esta edición del festival.
Poeta en Nueva York es fruto de la estancia de Lorca en la Universidad de Columbia. La alienación del ser humano, el capitalismo, la belleza, las injusticias o el amor son algunos de los temas que toca. Pero Marquerie es un artista con muchísima experiencia y encuentra la manera de hacernos llegar los poemas de Lorca. En este Poeta en Nueva York, en el que Pedro G. Romero participa en la dramaturgia, se entrelazan el Lorca de los cristobitas y las canciones populares con el Lorca cosmopolita y experimental. La música de Niño de Elche y los versos del autor se yuxtaponen buscando una distancia con la escena, similar a la que crea el bunraku, el teatro de títeres japonés, que une títeres, recitación y música. También participa en el espectáculo el bailarín Jesús Rubio Gamo, de modo que en el conjunto está lo mejor de la escena de vanguardia madrileña. Actores, bailarines, músicos y títeres son, pues, en este espectáculo, los responsables de transmitir al público la poética lorquiana.