La directora británica lleva a escena, recreando un rodaje cinematográfico con actores de la prestigiosa Schaubühne de Berlín, la obra de una premio Nobel austríaca. ¿Y si Eurídice empezara a hacerse preguntas en clave feminista?
En 2004, el jurado del premio Nobel de literatura anunció la concesión del premio a Elfriede Jelinek, una personalidad que, en su país, Austria, es especialmente querida pero también criticada. Y es que sus novelas y obras teatrales ya llevan mucho tiempo denunciando la cara oscura de un país que, según dice la autora, es una sociedad pequeñoburguesa que aún no ha pasado cuentas con su pasado reciente. Los enemigos de la autora la califican de feminista radical, una etiqueta que a ella no le molesta en absoluto. No es extraño que de esta mente hayan nacido relecturas feministas de historias clásicas como por ejemplo esta versión diferente del mito de Orfeo y Eurídice que ahora llega al Grec Festival de Barcelona. Orfeo es, aquí, un cantante machista y posesivo que ha descendido a los infiernos a buscar a su amada Eurídice. Ambos atraviesan largos pasillos, pozos oscuros y calles subterráneas en un largo trayecto recreado con la ayuda de un vibrante vídeo en directo y un vívido espacio sonoro. Y es que los espectadores podrán seguir el trayecto que sigue la protagonista mediante los planos sucesivos de un film realizado en directo, cuyas imágenes se proyectan en una gran pantalla. Durante el viaje, Eurídice se da cuenta que, pese a ser una autora destacada, toda su existencia ha transcurrido a la sombra de ese Orfeo que ha venido a salvarla. Porque, ¿realmente la está salvando? Y es que ella se preguntará si no es más plena y auténtica una no vida propia en los infiernos que una existencia subyugada en el mundo de los vivos. Una puesta en escena especialmente imaginativa integra los paisajes visuales y sonoros con un texto penetrante y corrosivo.
Firma la puesta en escena Katie Mitchell, directora que ha trabajado con la Royal Shakespeare Company, el Royal National Theatre, el National Theatre de Londres o el Royal Court Theatre, que ha pasado por numerosos teatros extranjeros que van del Piccolo Teatro de Milà al Teatro Real de Estocolmo y que ha firmado también la puesta en escena de un buen número de óperas.
Una producción de Schaubühne Berlin.