Sinopsis
Un bailaor que ha combinado su arte con las formas más nuevas de la danza contemporánea invita a subir al escenario a artistas de los estilos más diversos y organiza una fiesta que, como la vida, es, a la vez, celebración y guerra.
A Israel Galván lo hemos visto incorporando a su flamenco técnicas, pasos e ideas que proceden de la danza teatro o de la danza contemporánea. Y esta voluntad de repensar la propia forma de bailar a partir de la forma de bailar de los demás, de bailar con otros huyendo a la vez de las coreografías de grupo, lo lleva ahora a compartir escenario con ocho artistas bailarines y músicos. Ellos ponen en común sus talentos a la vez que se rebelan contra el espacio y el tiempo, en una fiesta que es, a la vez, guerra y rebelión. Se expresan con un lenguaje propio hecho de la suma de todos los lenguajes que utilizan: el de la danza contemporánea y el del flamenco, el de la performance, el de las onomatopeyas y los sonidos guturales, el de las palabras dichas en los idiomas más diversos…
Sí, este es un espectáculo polifónico construido a partir de la búsqueda de la máxima libertad tan propia de Israel Galván; de las investigaciones en el mundo del folk y el rock de la violinista, cantante y bailarina Eloísa Cantón; del talento a la guitarra de Emilio Caracafé (uno de los muchos artistas nacidos en el barrio sevillano de Las 3.000 Viviendas); del flamenco tradicional del bailaor (y pianista, cantaor, percusionista y palmero) de Cádiz El Junco; del arte del bailaor de Málaga Ramón Martínez; de los paisajes invisibles que el cantaor y estrella de la música independiente Niño de Elche crea con su voz y su guitarra; de la combinación de danza contemporánea, teatro físico y butoh de la japonesa Minako Seki; de la presencia imponente de la artista gitana Uchi; de la voz de la artista tunecina Alia Sellami, formada en música árabe, lírica y jazz… Todas estas voces y presencias forman parte de una fiesta escénica que parte del flamenco pero que encuentra toda su fuerza en la diversidad.