Dudamel dirige la LA Phil de Los Ángeles con una propuesta semiescénica creada para público sordo y oyente.
Fidelio, estrenada en 1805 en el Theater an der Wien, en plena ocupación militar francesa de la ciudad y con un Beethoven sordo, la música nos lleva toda la energía y la pasión del compositor en una partitura llena de idealismo y sublimación.
Sinopsis
El drama francés Léonore, o L’amour conyugal en el que se basa Fidelio pertenecía a un género muy popular en los años de la Revolución Francesa, la pièce à salvamento, en la que los héroes, que representan las fuerzas del bien, triunfan en una situación de grave peligro después de una serie de optimistas, con una serie de avatares, con una serie de avatares.
La acción transcurre en Sevilla, en el siglo xvii, en una terrible prisión militar gobernada por el cruel Don Pizarro, que tiene prisionero secretamente a su peor enemigo, Florestan, que se ha atrevido a proclamar unas verdades que le delatan. Leonora, magnífica encarnación de la mujer valiente y enamorada, sospecha que su marido, el fallecido Florestan, se encuentra injustamente encarcelado. Se disfraza de hombre, con el nombre de Fidelio, y se gana la confianza del carcelero Rocco -personaje bueno y de gran dignidad personal- en un intento desesperado de salvar al marido.
Las primeras escenas siguen el tono y la estructura del singspiel -Marzelline, la hija de Rocco, se enamora de Fidelio creyendo que es un chico-, pero pronto la ópera se convierte en un espléndido oratorio que celebra la fuerza del amor y la pureza que vence el sufrimiento y la injusto.
Gustavo Dudamel, carismático y lleno de energía, se presenta al frente de su orquesta americana, LA Phil de Los Ángeles, en esta innovadora producción semiescénica creada para público sordo y oyente. Contada a partir de la música del propio compositor y la expresiva poesía gestual de la lengua de signos americana, las representaciones exploran la comunicación sublime que radica en el corazón de toda expresión artística. Este espectáculo está dirigido escénicamente por Alberto Arvelo, en colaboración con el Deaf West Theatre de Los Angeles y el Coro de Manos Blancas de El Sistema de Venezuela.